Tarento desde la conquista romana
RECORRIDOS Y COLECCIONES
La ciudad romana – el espacio público
La presencia institucional de Roma se nota, en la ciudad de Tarento, sólo a partir del período del municipium, mientras que en el ámbito religioso algunas elementos dispersos atestiguan la construcción de edificios de culto ya desde el período de la colonia: el más importante de todos ellos es el Sacello (Santuario) preservado en el jardín del Hospital Militar.
Tarento, en el año 37 a.C., fue la sede del encuentro entre Ottaviano y Marco Antonio y antes, en el 43 a.C., Ottaviano había sido elegido patronus de la ciudad y fue justamente en este período que se intensificaron los documentos epigráficos concernientes la reconstrucción de edificios de culto y públicos. En la zona suroriental del casco urbano, a principios del siglo II d.C., se construyeron las termas más grandes de la ciudad, que se llamaban “terme pentascinensi”.
A finales del siglo XIX e inicios del XX, en las termas se encontraron valiosos pavimentos musivos y algunas esculturas decorativas del medio imperio, como la base de estatua con epígrafe identificativa en griego del joven Taras, mítico hijo de Poseidón/Neptuno y héroe fundador de la ciudad griega.
Estatua de mármol de joven togado, siglo I d.C.
La ciudad romana – el espacio privado
El espacio habitacional de la ciudad, esencialmente inalterado durante siglos, se remodela ligeramente con la conquista romana y en particular con la fundación de la colonia Neptunia en 123/122 a.C. Los colonos, de etnia probablemente latina, se asentaron en el área adyacente al antiguo poblado griego y en contacto directo con la necrópolis del período helenístico. Del asentamiento primitivo de finales del siglo II a.C. quedan pocos testimonios arqueológicos pero es más relevante la documentación concerniente el asentamiento de la época del municipium de Tarento y de la edad del imperio. En este período se constata la mayor densidad habitacional concentrada en especial en las zonas adyacentes a los espacios públicos, como el foro.
Al mismo tiempo, a lo largo de la vertiente del Mar Piccolo, durante toda la edad del imperio, se construyen residencias de lujo y prestigiosas, calificables como verdaderas villas urbanas, escogiendo el cabo de Santa Lucia para disfrutar del panorama maravilloso.
Las decoraciones de las domus.
La mayor parte de los hallazgos de domus y zonas de asentamientos de edad romano se ubican entre finales de siglo XIX e inicios del XX, en un entorno político y social en el que no se lograba tutelar debidamente el patrimonio arqueológico. Por consiguiente, para preservar los elementos decorativos más importantes, se escogió recoger y trasladar al nuevo museo los vestigios móviles y extraer de su suelo original a los pavimentos musivos. Por dicha razón, en el Museo Arqueológico Nacional se puede admirar una espléndida galeria de pavimentos musivos, decoraciones escultóricas y revocos de frescos y estucos, a menudo sin un contexto específico.
Cabe destacar, sin lugar a dudas, los tres pavimentos decorados con teselas de pasta vítrea de colores hallados en el Istituto Maria Immacolata, atribuibles al triclinium que se asomaba al jardín con peristilo de una domus urbana grande que se puede situar cronológicamente entre finales del siglo II y mediados del siglo III d.C.
Estatua de Venus de mármol, siglo I a.C.
De Neptunia a Tarentum: la necrópolis romana
En el 209 a.C. Quinto Fabio Massimo conquistó la ciudad de Tarento destruyendo sus muros y saqueándola.
Con la conquista romana de la ciudad se recorta el casco urbano y lo mismo ocurre en el ámbito funerario. Entre finales del siglo III a.C. y el siglo I a.C., las tumbas se superponen parcialmente a la más extensa necrópolis arcaica helenística y se concentran en zonas de afluencia muy cercanas al poblado, donde se agrupan también las tumbas monumentales de cámara correspondientes a este ámbito cronológico.
Desde finales del siglo II a.C., los enterramientos, personalizados con diferentes símbolos, con lápidas funerarias de marmol o “carparo” que llevan inscripciones con el nombre del difunto o de la gens de pertenencia o, incluso, con mojones de mármol o de piedra con una cabeza retrato en la parte superior, se caracterizan por el ritual incinerador y están desparramadas en especial en la zona frente a la costa del Mar Piccolo. Uno de los hallazgos más significativos que inició en el mes de abril de 1901, es la necrópolis romana ubicada en Piazza d’Armi.