Cabeza de Heracles de mármol
Tarento | Siglo I a.C
El héroe, hijo de Júpiter, está representado con un rostro maduro, caracterizado por una frondosa barba y arrugas profundas que surcan su frente, huellas de los numerosos trabajos a los que le sometió el rey de Argos Euristeo. El cuello torcido y la expresión del rostro son un indicio de una reconstrucción minuciosa del cuerpo.
Algunos científicos suponen que esta escultura fechable en el siglo I a.C, podría haberse inspirado en el coloso que realizó en la ciudad de Tarento el escultor Lisipo de Sición, en las últimas décadas del siglo IV a.C.
El original de bronce, transportado a Roma tras la victoria de Quinto Fabio Massimo contra la ciudad griega, lo representaba sentado y con la cabeza apoyada cansadamente en el brazo.