Ánforas panatenaicas del Atleta de Tarento
Tarento, via Génova | 480 a.C. aprox.
En las esquinas exteriores del sarcófago del Atleta de Tarento se encontraron fragmentos de cuatro ánforas grandes con figuras negras, tres de ellas recomponibles, mientras que la cuarta se destrozó casi por completo debido a la construcción de una tumba de fosa en la esquina suroeste del enterramiento.
Estas vasijas pertenecen a un tipo peculiar de ánforas, producidas desde la mitad del siglo IV a.C. y vinculadas a una ocasión precisa: su nombre, ánforas panatenaicas, se refiere a la fiesta de las Grandes Panateneas dedicada a Atenea, diosa protectora de la ciudad, que se celebraba cada cuatro años. En una de las caras se representa a la diosa Atenea en la típica postura de Prómachos (que combate), con al lado dos columnas y una inscripción griega que indica pertenecer a los “juegos de Atenas”. En la otra cara se representa la especialidad a la que se refiere el premio porque estas ánforas, que contienen el preciado aceite extraído de los 27 olivos sagrados de la diosa Atenea, eran el premio que se entregaba a los vencedores de los agones atléticos de las Grandes Panateneas.
Las ánforas del Atleta tarentino ilustran la carrera de cuadrigas, el boxeo y dos disciplinas del pentatlón, el salto de longitud, y el lanzamiento de disco. Estas fiestas atraían a atletas procedentes de todo el mundo de lengua y cultura griegas, entre ellos, al aristócrata anónimo tarentino enterrado en via Génova, que se volvió famoso por triunfar en diferentes pruebas.